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San Teodosio el Cenobita
El bienaventurado padre san Teodosio, llamado cenobita, que quiere decir padre de muchos monjes, nació en una aldea de Capadocia.

Habíase dado a los estudios, y aun declaraba al pueblo las letras divinas, cuando deseoso de la perfección, partió a los santos lugares.

En llegando a Antioquía, quiso ver al insigne anacoreta san Simeón Estilita, el cual, inspirado del Señor, le dijo: «Teodosio, varón de Dios, seáis bien venido». Espantóse Teodosio oyendo esta voz, porque le llamaba por su nombre, y porque le honraba con el titulo de varón de Dios.

Subió a la columna por orden de san Simeón y echóse a sus pies; oyó sus consejos y todo lo que en adelante le había de suceder; y tomada su bendición, siguió su camino hacia Jerusalén, donde él adoró y regó con sus lágrimas aquellos sagrados lugares que Cristo nuestro Señor consagró con su vida y su muerte.

Retiróse después a la soledad, y vino a tener tantos discípulos, que labró un gran monasterio, en el cual acogía a los pobres.

Aconteció aparejarse en un mismo día cien mesas para darles de comer, y en tiempo de hambre, como los que tenían a cargo de darles de comer les cerrasen las puertas, san Teodosio mandó abrírselas y darles a todos lo necesario, y el Señor les proveía con tan larga mano, que después quedaban las arcas llenas de pan.

Era también su monasterio, hospital de enfermos, a quienes servía y besaba las llagas con grande amor.

Había entre sus discípulos hombres ricos y poderosos, militares y sabios, de los cuales salieron muchos obispos y superiores de suerte que cuando murió el santo, habían ya fallecido seiscientos noventa y tres de sus discípulos.

El emperador Anastasio, que favorecía a los herejes Acéfa1os, le envió una buena cantidad de oro para sus pobres: aceptóla y repartióla el santo pero escribió al emperador, que ni él ni los suyos consentirían con los herejes, aunque la vida les costase.

Fuese luego, viejo como era, a predicar sin temor alguno por las ciudades de aquellos herejes que condenaban el concilio de Calcedonia; y subiendo una vez al púlpito, hizo señal al pueblo que callasen, y dijo: «El que no recibiere los cuatro concilios generales, como los cuatro Evangelios sea maldito y excomulgado».

Entonces el emperador le desterró, pero duró bien poco el destierro, porque el monarca hereje cayó muerto, herido por un rayo.

Teodosio volvió de su destierro, glorioso y triunfante. Muchas fueron las obras admirables que hizo este varón de Dios en su larga vida; muchas veces multiplicó el pan, anunció el terremoto que asoló la ciudad de Antioquía, y lleno de méritos y virtudes, descansó en la paz del Señor a la edad de ciento cinco años.

Honraron su cadáver el patriarca de Jerusalén con otros obispos y multitud de monjes, clérigos y seglares.

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CENOBITA: Miembro de una comunidad religiosa que profesa vida monástica. Se llama así a la persona que vivía en comunidad religiosa en los primeros siglos del cristianismo. Habitaban un edificio llamado cenobio que administraba un cenobita superior.