San Néstor
Obispo de Magido, Mártir
Polio, gobernador de Panfilia y Frigia durante el reinado de Decio, trató de ganarse el favor del emperador, aplicando cruelmente su edito de persecución contra los cristianos. Néstor, obispo de Magido, gozaba de gran estima entre los cristianos y los paganos, y comprendió que era necesario buscar sitios de refugio para sus fieles. Rehusando a ser oculto, el Obispo esperó tranquilamente su hora de martirio, y cuando se encontraba en oración, oficiales de la justicia fueron en su búsqueda.
Luego de un extenso interrogatorio y amenazas de tortura, el Obispo fue enviado ante el gobernador, en Perga. El gobernador trató de convencer al santo -primero con halagos y luego con amenazas- de que renegara de la religión cristiana, pero Néstor se mantuvo firme en el Señor, siendo enviado al potro, donde el verdugo le desgarraba la piel de los costados con el garfio.
Ante la firme negativa del santo de adorar a los paganos, el gobernador lo condenó a morir en la cruz, donde el santo todavía tuvo fuerzas para alentar y exhortar a los cristianos que le rodeaban. Su muerte fue un verdadero triunfo porque cuando el Obispo expiró sus últimas palabras, tanto cristianos como paganos se arrodillaron a orar y alabar a Jesús.
El nombre proviene literalmente del griego; tal vez signifique el que recuerda con cariño o el que es recordado.
En la Ilíada se llamaba Néstor el rey de Pilos, el más anciano y prudente de los griegos. Fue obispo de Magidos de Perge (Panfilia, actual Turquía). En tiempo del emperador Decio hubo una gran persecución contra los cristianos (248-251). En ella se buscaba principalmente a los jerarcas, pensando que, muerta la cabeza, moriría el cuerpo del cristianismo.
Entre los fieles hubo muchas apostasías. Son los llamados lapsos o libeláticos. Néstor aconsejaba a sus cristianos que huyeran antes que renunciar a su fe. A pesar de sus precauciones, el obispo Néstor fue arrestado poco después y conducido ante Polión, Gobernador de Perge.
Ante su persistencia en la fe cristiana, fue sometido al potro y a los garfios, que laceraron su cuerpo; finalmente, fue crucificado el 26 de febrero del 254. Su fiesta se celebra el 26 de febrero.