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06/03
San Olegario
Obispo (1060-1136)
En lo religioso es Nicolás II quien dirige y en lo civil Enrique IV administra el Sacro Imperio Romano cuando nace en el año 1060 Olegario. Sus padres fueron Olaguer -válido de D. Ramón Berenguer, conde de Barcelona- y Guilia. En su tiempo se condena a Berengario por sus errores sobre la Eucaristía y Godofredo de Buillón conquista Jerusalén, nombrándosele defensor del Santo Sepulcro.

Fue canónigo de la iglesia Catedral de Barcelona y D. Ramón Beltrán, obispo de la ciudad lo ordenó sacerdote. Pero, pensando que agradaba más a Dios de otra manera, Olaguer -que así le conocen en Barcelona y Tarragona- renuncia a la prebenda catedralicia, entra en el monasterio de san Adrián del que llega a ser prior y pasa a ser abad de san Rufo hasta que se le nombra obispo en el año 1115.-

Cuando muere el papa Pascual y se elige a Gelasio II, va Olegario a Roma a besar los pies de Pedro y prestarle juramento como acto protocolario del tiempo. A su vuelta se ha recuperado Tarragona de los moros, se restituye su condición de sede metropolitana y Olaguer es nombrado su arzobispo el 21 de marzo de 1118. El papa lo nombra además legado suyo para toda España.

Tiene que vivir en Barcelona cuya sede mantiene porque quedó arrasada Tarragona y sin bienes propios; ocho años tardará Olegario en terminar de reedificar las murallas de esta ciudad y en llevar a ella gente aguerrida que esté en condiciones de poder defenderla.

Cumpliendo la misión de metropolitano y legado ad latere hubo de tomar parte en diversos concilios y anatematizó al antipapa Anacleto.

A su regreso de Tierra Santa se preocupa de que se restituyan a la iglesia los bienes que algunos se habían injustamente apropiado, bendice y repara las iglesias desacralizadas por los sarracenos, e interviene en Zaragoza en la reconciliación entre don Alonso de Castilla y don Ramiro de Aragón.

Este hombre celoso, incansable, con don de gobierno y mucho amor a Dios no pudo ver reconstruida su iglesia metropolitana por falta de recursos económicos antes de morir el 6 de marzo del 1136. Fueron sepultados sus restos en su iglesia de Barcelona y canonizado a la antigua usanza, es decir, por veneración popular y consentimiento del Romano Pontífice.