San Gregorio Ostiense
Obispo († 1044). Se le conoce como abad del monasterio de san Cosme y san Damián, en Roma. El Papa Juan XVIII lo hace obispo de Ostia y luego lo eleva al cardenalato, pasando a ser Bibliotecario Apostólico, puesto que mantuvo durante cuatro papados. En la primera mitad del siglo XI, como Legado papal ante las Cortes de Burgos y Pamplona.
Tuvo que ver su envío desde Roma con las cuestiones relativas a la organización eclesiástica de España en una coyuntura en la que se hacía necesaria la determinación de los límites de las diócesis que era origen y fuente de numerosos conflictos y no sólo por interferencias de jurisdicción episcopal, sino también por la pertenencia a distintos soberanos.
Gregorio no olvidó nunca lo principal de su persona, el ejercicio del ministerio sacerdotal. Predicó en Calahorra y Logroño entre otras poblaciones de la Rioja y Navarra, destacando en sus pláticas la necesidad de conversión y penitencia.
Parece ser que esta fue la ocasión en que santo Domingo de la Calzada vivió algún tiempo en su compañía. Agotado y enfermo se retiró a Logroño donde murió alrededor del año 1044; pero su cuerpo se venera en la iglesia de san Gregorio de Pinave, entre Viana y Logroño.