San Urbano I, Papa
San Urbano, hijo de Ponciano: sucedió a Calixto. Fue varón santísimo de muy amable y dulce conversación, y con el ejemplo de su vida y predicación apostólica convirtió en Roma a nuestra santa fe gran número de ciudadanos y caballeros, y entre ellos fueron Valeriano esposo de Santa Cecilia, y Tiburcio su hermano, a los cuales el Santo Pontífice bautizó y animó para que constantemente muriesen por Jesucristo; a cuya honra y veneración San Urbano consagró la casa de Santa Cecilia y la hizo templo. Escribió una epístola llena de admirable doctrina de la que se coligen algunos decretos.
Daban en aquel tiempo los fieles sus heredades y posesiones para el culto divino y sustento de los ministros de ella y de los pobres. Mandó Urbano que los tales bienes no se pudiesen gastar en otros usos, añadiendo graves penas contra los que usurpasen las cosas eclesiásticas; porque son, dice, ofrendas de los fieles, y rescate de pecados y patrimonio de los pobres. Y porque algunas veces las mismas heredades, bienes y raíces se vendían para socorrer a las necesidades de los pobres. Ordenó que de allí en adelante no se vendiesen, sino que con las rentas de ellas se proveyese las que los ministros de la Iglesia y los pobres necesitaran, quedando siempre en pie la raíz y fuente de donde se pudiesen remediar semejantes necesidades.
Mandó asimismo evitar al excomulgado por el obispo, aunque no fuese de todo punto la sentencia justa; y que de mano del mismo obispo recibiesen los fieles el sacramento de la Confirmación después del bautismo. Fue el primero que usó patenas, cálices y vasos de plata para el uso de la Iglesia y ministerio del sacrosanto Sacrificio de la Misa. Y no sólo cálices y vasos de plata, más de oro y piedras preciosas usaron los Santos en el servicio de la Iglesia, y los fieles las ofrecían al Señor, mostrando en esto su piedad y devoción, reconociendo que lo que los hombres tienen por más precioso debe servir al Señor de todo lo creado, que se los dio.
El desacuerdo que produjo Hipólito en la Iglesia Romana continuó durante el pontificado de Urbano. Hipólito y sus seguidores persistieron en el cisma; fue probablemente durante el reinado de Urbano que Hipólito escribió su "Philosophumena", en donde atacaba severamente al Papa Calixto. Urbano mantuvo la misma actitud adoptada por su predecesor hacia el grupo cismático y su líder. Nada dicen las autoridades históricas sobre que se haya dado algún otro problema durante la vida de la Iglesia Romana de esa era. En el año 222 Alejandro Severo se convierte en emperador romano. Éste favoreció un eclecticismo religioso y protegió asimismo al Cristianismo. Su madre, Julia Mammaea, era amiga del maestro alejandrino Origen, y lo llamó a Antioquia. Hipólito le dedicó a ella su trabajo sobre la Resurrección. El resultado de la opinión favorable que tanto el emperador como su madre tuvieron sobre el Cristianismo, permitió que los cristianos gozaran de una paz completa, aunque su estado legal no fue cambiado. Indudablemente, la Iglesia Romana experimentó unos buenos beneficios como resultado de estas amables intenciones y no se le molestó durante el reinado del emperador (222-235). Incluso, el emperador protegió a los cristianos romanos en una disputa legal sobre la propiedad de un terreno. Cuando ellos quisieron construir una iglesia en un terreno en Roma que era también reclamado por unos taberneros, se llevó el asunto ante la corte imperial, y Severo decidió a favor de los cristianos, declarando que era mejor que en ese lugar se adorara a Dios.
Vivió el Santo Pontífice Urbano en la silla de San Pedro seis años, siete meses y cuatro días, y habiendo padecido y trabajado mucho por la Iglesia del Señor, fue preso por el prefecto Almaquio; y después de azotado cruelmente con plomadas, fue degollado por su órden, y su cuerpo echado a las aves y bestias
Hay dos citas diferentes de los historiadores antiguos sobre la ubicación de la tumba de Urbano de las cuales, sin embargo, solamente una se refiere a un Papa con este nombre. En el Acta de Santa Cecilia y en el "Liber Pontificalis", se dice que el Papa Urbano fue enterrado en la Catacumba de Praetextatus en la Via Appia. Todos los Itinerarios a las tumbas de los mártires romanos del siglo siete, mencionan la tumba de un Urbano en relación con las tumbas de varios mártires enterrados en la Catacumba de Praetextatus. Uno de esos Itinerarios da a este Urbano el título de "Obispo y Confesor." Consecuentemente, desde el siglo cuarto, todas las tradiciones romanas han venerado al Papa de este nombre en el Urbano que se encuentra en la Catacumba de Praetextatus. Sin embargo, excavando una cámara doble en la Catacumba de San Calixto, De Rossi encontró un fragmento de la tapa de un sarcófago que tenía la inscripción OUPBANOCE [piskopos]. Él comprobó también que en la lista elaborada por Sixto III (432-440) sobre mártires y confesores enterrados en la Catacumba de San Calixto, no se encuentra el nombre Urbano. Por lo tanto, este gran arqueólogo De Rossi concluyó que el Urbano enterrado en San Calixto era el Papa, mientras que el santo del mismo nombre enterrado en San Praetextatus era el Obispo de otro lugar que murió en Roma y que fue enterrado en esta catacumba. La mayoría de historiadores está de acuerdo con esta opinión la cual, sin embargo, se basa principalmente en el Acta de Santa Cecilia. Las letras del epitafio mencionado más arriba sobre un Urbano en San Calixto indican un período posterior, en comparación con las letras de los epitafios papales tal como lo prueba la cripta papal. En la lista que preparó Sixto III y que se mencionó más arriba, Urbano no aparece en la sucesión de papas, pero aparece entre los obispos extranjeros que murieron en Roma y que fueron enterrados en San Calixto.
Parece así necesario aceptar el testimonio de que el Papa Urbano fue enterrado en la Catacumba de Praetextatus, mientras que el Urbano que se encuentra en San Calixto es un Obispo de una fecha posterior, proveniente de alguna otra ciudad. Esto reconciliaría las afirmaciones del "Martyrologium Hieronymianum". Con fecha 25 de mayo (VIII kal. Jun.) se encuentra la siguiente nota: "Via nomentana miliario VIII natale Urbani episcopi in cimiterio Praetextati" ("Martyr. Hieronym.", ed. De Rossi-Duchesne, 66). La catacumba de la Via Nomentana, sin embargo, es la que contiene la tumba del Papa Alejandro, mientras que la catacumba de Praetextatus está sobre la Via Appia. Duchesne comprobó que (Lib. Pontif., I, xlvi-xlvii) en la lista de tumbas de los papas, de donde se saca esta nota, falta una línea que originalmente decía la tumba del Papa Alejandro estaba sobre la Via Nomentana, y que la tumba del Papa Urbano en la Via Appia en la Catacumba de Praetextatus. Por lo tanto, el 25 de mayo es la fecha en que Urbano fue enterrado en esta catacumba. El mismo martirologio contiene una larga lista de mártires con fecha 19 de mayo, y esta lista está encabezada por dos romanos mártires, Calocerus y Partenius, quienes fueron enterrados en la Catacumba de San Calixto, incluyendo un Urbano; este Urbano es, aparentemente, el obispo extranjero que se encuentra enterrado en la misma catacumba.