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Liturgia y Espiritualidad: Textos Litúrgicos
Miércoles 18 de enero de 2023

TEXTOS

Carta a los Hebreos 7,1-3.15-17
Hermanos: Melquisedec, rey de Salén, sacerdote del Dios altísimo, cuando Abrahán regresaba de derrotar a los reyes, lo abordó y lo bendijo, recibiendo de él el diezmo del botín. Su nombre significa "rey de justicia", y lleva también el titulo de rey de Salén, es decir, "rey de paz". Sin padre, sin madre, sin genealogía; no se menciona el principio de sus días ni el fin de su vida. En virtud de esta semejanza con el Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.
Y esto resulta mucho más evidente si surge otro sacerdote a semejanza de Melquisedec, que lo sea no en virtud de una legislación carnal, sino en fuerza de una vida imperecedera; pues está atestiguado: "Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec."

Salmo 109
"Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec."

Oráculo del Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies." R.
Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. R.
"Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora." R.
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: "Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec." R.

Evangelio según San Marcos 3,1-6
En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenía la parálisis: "Levántate y ponte ahí en medio." Y a ellos les preguntó: "¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?" Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: "Extiende el brazo." Lo extendió y quedó restablecido. En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.


COMENTARIO

En una ocasión Jesús hizo una advertencia a sus discípulos: «¡cuídense de no colar el mosquito y tragarse el camello!» El evangelio de hoy nos da un ejemplo de esta advertencia que refleja actitudes en las que descuidamos lo fundamental de la vida por priorizar asuntos sin relevancia.

Nos encontramos con el episodio del hombre de la mano paralizada que es curado por Jesús en sábado. Más allá del milagro de curación física -causa de alegría y celebración-, el texto pone de relieve el sentimiento de tristeza que Jesús experimenta por la actitud de los líderes religiosos, quienes, preocupados por prácticas rituales, no se alegran ante el alivio físico y emocional de un hombre recién curado de su enfermedad.

Jesús se duele por lo que llama la ‘dureza del corazón’ que les impide comprender que, en el alivio de las personas sufrientes, dolidas y marginadas se realiza la voluntad de Dios.

Pidamos al Señor su guía para no provocar dolor a su corazón colando el mosquito y tragando el camello.