Miércoles 4 de octubre de 2023
TEXTOS
Libro de Nehemías 2,1-8
Era el mes de Nisán del año veinte del rey Artajerjes. Tenía el vino delante, y yo tomé la copa y se la serví. En su presencia no debía tener cara triste. El rey me preguntó: "¿Qué te pasa, que tienes mala cara? Tú no estás enfermo, sino triste." Me llevé un susto, pero contesté al rey: "Viva su majestad eternamente. ¿Cómo no he de estar triste cuando la ciudad donde se hallan enterrados mis padres está en ruinas, y sus puertas comsumidas por el fuego?" El rey me dijo: "¿Qué es lo que pretendes?" Me encomendé al Dios del cielo y respondí: "Si a su majestad le parece bien, y si está satisfecho de su siervo, déjeme ir a Judá a reconstruir la ciudad donde están enterrados mis padres." El rey y la reina, que estaba sentada a su lado, me preguntaron: "¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás?" Al rey le pareció bien la fecha que le indiqué y me dejó ir. Pero añadí: "Si a su majestad le parece bien, que me den cartas para los gobernadores de Transeufratina, a fin de que me faciliten el viaje hasta Judá. Y una carta dirigida a Asaf, superintendente de los bosques reales, para que me suministren tablones para las puertas de la ciudadela del templo, para el muro de la ciudad y para la casa donde me instalaré." Gracias a Dios, el rey me lo concedió todo.
Salmo 136
"Tu recuerdo, Señor, es mi alegría."
Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión; en los sauces de sus orillas colgábamos nuestras cítaras. R.
Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar; nuestros opresores, a divertirlos: "Cantadnos un cantar de Sión." R.
¡Cómo cantar un cántico del Señor en tierra extranjera! Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha. R.
Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no pongo a Jerusalén en la cumbre de mis alegrías. R.
Evangelio según San Lucas 9,57-62
En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, le dijo uno: "Te seguiré adonde vayas." Jesús le respondió: "Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza." A otro le dijo: "Sígueme." él respondió: "Déjame primero ir a enterrar a mi padre." Le contestó: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios." Otro le dijo: "Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia." Jesús le contestó: "El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios."
COMENTARIO
¡Alabado sea mi Señor por todo lo creado! Estas palabras de júbilo y alabanza brotaron de los labios de un joven caballero, rey de la juventud de Asís, que abandonó todo ostento y vanagloria por seguir a su enamorada la dama pobreza...
Efectivamente, Francisco, cuya fiesta celebramos hoy. Este hombre junto con otros jóvenes fue capaz de revolucionar el mundo de entonces, de plantear profundos cambios a una Iglesia que se derrumbaba por su pérdida de horizonte. A él sí que le vienen las palabras del evangelio de hoy: lo dejó todo, familia, riqueza, comodidad, fama, futuro promisorio por querer vivir el evangelio "sin glosas" sin acomodos ni domesticaciones.
Qué desafío para nosotros hoy... cuando parece que hemos perdido la pasión por el Reino, el desprendimiento de ataduras que impiden vivir a plenitud el evangelio del Nazareno. Necesitamos un rosto de Iglesia renovado, rejuvenecido que devuelva el sabor a vida y la esperanza a los afligidos y empobrecidos.
Oremos por nosotros, por todos los que quieren vivir en evangelio como Francisco.
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