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Liturgia y Espiritualidad: Textos Litúrgicos
Miércoles 17 de abril de 2024

TEXTOS

Libro de los Hechos de los Apóstoles 8,1b-8
Aquel día, se desató una violenta persecución contra la Iglesia de Jerusalén; todos, menos los apóstoles, se dispersaron por Judea y Samaría. Unos hombres piadosos enterraron a Esteban e hicieron gran duelo por él. Saulo se ensañaba con la Iglesia; penetraba en las casas y arrastraba a la cárcel a hombres y mujeres. Al ir de un lugar para otro, los prófugos iban difundiendo el Evangelio. Felipe bajó a la ciudad de Samaría y predicaba allí a Cristo. El gentío escuchaba con aprobación lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.

Salmo 65
"Aclama al Señor, tierra entera."

Aclamad al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria. Decid a Dios: "¡Qué terribles son tus obras!" R.
Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor, que toquen para tu nombre. Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres. R.
Transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río. Alegrémonos con Dios, que con su poder gobierna enteramente. R.

Evangelio según San Juan 6,35-40
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed; pero, como os he dicho, me habéis visto y no creéis. Todo lo que me da el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré afuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Ésta es la voluntad del que me ha enviado: que no pierda nada de lo que me dio, sino que lo resucite en el último día. Ésta es la voluntad de mi Padre: que todo el que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día."


COMENTARIO

Por mucho tiempo hemos creído que la fe es una cosa complicada. Se creyó que complicando a Dios, o a Jesús, se era mucho más coherente y fiel al acontecimiento de la fe.

Los cristianos podemos afirmar que Jesús simplificó a Dios. Él pasó la vida manifestando a quienes encontraba que Dios es simple, sencillo, asequible, que no coloca barreras para que todos, sin distinción, podamos acceder a él.

A la gente del tiempo de Jesús le costaba comprender que Él manifestara a Dios; no lo creían, ni le aceptaban por la simplicidad y sencillez de Jesús. También a nosotros nos cuesta entender a Dios de la misma forma que lo reveló Jesús de Nazaret. Somos amigos de una imagen de Dios y de una experiencia de fe que nos produzca miedo, angustia y caos. Olvidando que la experiencia de fe a la que invita Jesús es de alegría, de resurrección, de gozo en el espíritu que nace de una intimidad profunda entre la persona y Dios.

Estar unido a Jesús es garantía de unión total con el Padre Dios.