Jueves 23 de mayo de 2024
TEXTOS
Carta de San Santiago 5,1-6
Ustedes, los ricos, lloren y giman por las desgracias que les van a sobrevenir. Porque sus riquezas se han echado a perder y sus vestidos están roídos por la polilla. Su oro y su plata se han herrumbrado, y esa herrumbre dará testimonio contra ustedes y devorará sus cuerpos como un fuego. ¡Ustedes han amontonado riquezas, ahora que es el tiempo final! Sepan que el salario que han retenido a los que trabajaron en sus campos está clamando, y el clamor de los cosechadores ha llegado a los oídos del Señor del universo. Ustedes llevaron en este mundo una vida de lujo y de placer, y se han cebado a sí mismos para el día de la matanza. Han condenado y han matado al justo, sin que él les opusiera resistencia.
Salmo 48
"Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos."
Este es el destino de los que tienen riquezas, y el final de la gente insaciable. Serán puestos como ovejas en el Abismo, la Muerte será su pastor. R.
Bajarán derecho a la tumba, su figura se desvanecerá y el Abismo será su mansión. Pero Dios rescatará mi vida, me sacará de las garras del Abismo. R.
No te preocupes cuando un hombre se enriquece o aumenta el esplendor de su casa: cuando muera, no podrá llevarse nada, su esplendor no bajará con él. R.
Aunque en vida se congratulaba, diciendo: «Te alabarán porque lo pasas bien», igual irá a reunirse con sus antepasados, con esos que nunca verán la luz. R.
Evangelio según San Marcos 9,41-50
Jesús dijo a sus discípulos: «Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo. Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies a la Gehena. Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos a la Gehena, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga. Porque cada uno será salado por el fuego. La sal es una cosa excelente, pero si se vuelve insípida, ¿con qué la volverán a salar? Que haya sal en ustedes mismos y vivan en paz unos con otros.»
COMENTARIO
El evangelio de hoy nos presenta algunos consejos de Jesús sobre la relación con los pequeños y excluidos. Con algunas imágenes algo crudas y exageradas Jesús busca alejarnos del pecado. Y nos ordena cuidarnos especialmente del escándalo, que consiste en hacer pecar a otro.
Todo esto lo acogemos en los tiempos muy duros de pena, desolación y tristeza por los pecados cometidos por miembros de la Iglesia contra víctimas inocentes, que ahora salen a la luz. Como Iglesia y como sociedad estamos llamados a hacer todo lo posible por aclarar hechos, restituir en lo posible a las víctimas y establecer los mecanismos adecuados para que estas aberraciones no se repitan.
Por eso, a la luz del evangelio de hoy pidamos por los más pequeños o débiles para que no sean víctimas de nuestras desavenencias o miserias, y pidamos para que sepamos curar nuestras heridas abiertas y no convirtamos en víctimas a nuestros prójimos con nuestras culpas.
En nuestra sociedad y en nuestra comunidad, ¿quiénes son hoy los pequeños y los excluidos? ¿Cómo está siendo la acogida, ejemplo y protección que les damos?
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