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Liturgia y Espiritualidad: Textos Litúrgicos
Lunes 17 de junio de 2024

TEXTOS

Libro I de los Reyes 21,1-19
Por aquel tiempo, Nabot, el de Yezrael, tenía una viña pegando al palacio de Ajab, rey de Samaria. Ajab le propuso: "Dame la viña para hacerme yo una huerta, porque está al lado, pegando a mi casa; yo te daré en cambio una viña mejor o, si prefieres, te pago en dinero." Nabot respondió: "¡Dios me libre de cederte la heredad de mis padres!" Ajab marchó a casa malhumorado y enfurecido por la respuesta de Nabot, el de Yezrael, aquello de: "No te cederé la heredad de mis padres." Se tumbó en la cama, volvió la cara y no quiso probar alimento. Su esposa Jezabel se le acercó y le dijo: "¿Por qué estás de mal humor y no quieres probar alimento?" Él contestó: "Es que hablé a Nabot, el de Yezrael, y le propuse: 'Véndeme la viña o, si prefieres, te la cambio por otra.' Y me dice: 'No te doy mi viña.'" Entonces Jezabel dijo: "¿Y eres tú el que manda en Israel? ¡Arriba! A comer, que te sentará bien. ¡Yo te daré la viña de Nabot, el de Yezrael!" Escribió unas cartas en nombre de Ajab, las selló con el sello del rey y las envió a los ancianos y notables de la ciudad, paisanos de Nabot. Las cartas decían: "Proclamad un ayuno y sentad a Nabot en primera fila. Sentad en frente a dos canallas que declaren contra él: 'Has maldecido a Dios y al rey' Lo sacáis afuera y lo apedreáis hasta que muera." Los paisanos de Nabot, los ancianos y notables que vivían en la ciudad, hicieron tal como les decía Jezabel, según estaba escrito en las cartas que habían recibido. Proclamaron un ayuno y sentaron a Nabot en primera fila; llegaron dos canallas, se le sentaron enfrente y testificaron contra Nabot públicamente: "Nabot ha maldecido a Dios y al rey." Lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon hasta que murió. Entonces informaron a Jezabel: "Nabot ha muerto apedreado." En cuanto oyó Jezabel que Nabot había muerto apedreado, dijo a Ajab: "Hala, toma posesión de la viña de Nabot, el de Yezrael, que no quiso vendértela. Nabot ya no vive, ha muerto." En cuanto oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a tomar posesión de la viña de Nabot, el de Yezrael. Entonces la palabra del Señor llegó a Elías, el tisbita, en estos términos: "Baja al encuentro de Ajab, rey de Israel en Samaría. Ahora está en la viña de Nabot: ha bajado allí para tomar posesión de ella. Tú le dirás: Así habla el Señor: '¡Has cometido un homicidio, y encima te apropias de lo ajeno! Por eso así habla el Señor: En el mismo sitio donde los perros lamieron la sangre de Nabot, allí también lamerán tu sangre'".

Salmo 5
"Atiende a mis gemidos, Señor."

Señor, escucha mis palabras, atiende a mis gemidos, haz caso de mis gritos de auxilio, Rey mío y Dios mío. R.
Tú no eres un Dios que ame la maldad, ni el malvado es tu huésped, ni el arrogante se mantiene en tu presencia. R.
Detestas a los malhechores, destruyes a los mentirosos; al hombre sanguinario y traicionero lo aborrece el Señor. R.

Evangelio según San Mateo 5,38-42
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Sabéis que está mandado: 'Ojo por ojo, diente por diente'. Pues yo os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñalo dos; a quien te pide, dale; y al que te pide prestado, no lo rehúyas".


COMENTARIO

Las enseñanzas de Jesús en los evangelios trasmiten su manera de pensar, de actuar y su profunda experiencia de Dios, y tienen como finalidad orientar a la comunidad hacia el horizonte de la voluntad y justicia divinas. Son una constante invitación a practicar la misericordia y exigen un «plus» en el ámbito de las relaciones interpersonales, en la resolución de los conflictos y en la interpretación de las normas sociales, culturales y religiosas.

Actualizar el sentido de sus enseñanzas, implica, en el «ámbito eclesial», prácticas litúrgicas más democráticas y una espiritualidad que integren inteligencia, libertad y responsabilidad personal y comunitarias; en el «escenario educativo», crear pedagogías, didácticas y relaciones humanizadoras, equitativas e incluyentes; en el «ámbito social», fomentar el cumplimiento de la ley siempre y cuando esta haga prevalecer la imparcialidad de la justicia y la misericordia; a «nivel político», llevar a cabo proyectos que garanticen el respeto, la solución de los conflictos y la convivencia pacífica; y a «nivel ético», crear condiciones posibles y necesarias para la verdad, el perdón, la reconciliación y la resiliencia.