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Liturgia y Espiritualidad: Textos Litúrgicos
Viernes 2 de agosto de 2024

TEXTOS

Libro de Jeremías 26,1-9
Al comienzo del reinado de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra del Señor a Jeremías: Así dice el Señor: Ponte en el atrio del templo y di a todos los ciudadanos de Judá que entran en el templo para adorar, las palabras que yo te mande decirles; no dejes ni una sola. A ver si escuchan y se convierte cada cual de su mala conducta, y me arrepiento del mal que medito hacerles a causa de sus malas acciones. Les dirás: "Así dice el Señor: 'Si no me obedecéis, cumpliendo la ley que os di en vuestra presencia, y escuchando las palabras de mis siervos, los profetas, que os enviaba sin cesar (y vosotros no escuchabais), entonces trataré a este templo como al de Silo, a esta ciudad la haré fórmula de maldición para todos los pueblos de la tierra.'" Los profetas, los sacerdotes y el pueblo oyeron a Jeremías decir estas palabras, en el templo del Señor. Y, cuando terminó Jeremías de decir cuanto el Señor le había mandado decir al pueblo, lo agarraron los sacerdotes y los profetas y el pueblo, diciendo: "Eres reo de muerte. ¿Por qué profetizas en nombre del Señor que este templo será como el de Silo, y esta ciudad quedará en ruinas, deshabitada?" Y el pueblo se juntó contra Jeremías en el templo del Señor.

Salmo 68
"Que me escuche tu gran bondad, Señor."

Más que los pelos de mi cabeza son los que me odian sin razón; más duros que mis huesos, los que me atacan injustamente. ¿Es que voy a devolver lo que no he robado? R.
Por ti he aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro. Soy un extraño para mis hermanos, un extranjero para los hijos de mi madre; porque me devora el celo de tu templo, y las afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R.
Pero mi oración se dirige a ti, Dios mío, el día de tu favor; que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude. R.

Evangelio según San Mateo 13,54-58
En aquel tiempo fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente decía admirada: "¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos, Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?".Y aquello les resultaba escandaloso. Jesús les dijo: "Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta". Y no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe.


COMENTARIO

Jesús ha vuelto a Nazaret y el encuentro con su pueblo resulta ser decepcionante, no comparten que el hijo del carpintero sea el enviado de Dios.

Los evangelios desvelan con toda naturalidad quién es Jesús, y el carácter de su humanidad. Pero al mismo tiempo, nos presentan a un Jesús que revela la presencia de Dios Padre acompañando al pueblo en su historia. La discusión de los paisanos se siembra en esta dimensión sobre la persona de Jesús. De este modo, la fe se vuelve un elemento fundamental para comprender en qué consiste la novedad del Reino en la persona de Jesús.

En efecto, el pueblo de Nazaret no comprende cómo puede Dios manifestarse en ese hombre, normal y ordinario semejante a ellos, es un escándalo que este hombre sin estudio o cierto honor les refleje la sabiduría de Dios.

La falta de fe es un obstáculo que impide ver más allá. Así, la fe cristiana no consiste en seguir una idea o una doctrina, consiste en adherirse a una persona en concreto: Jesús.

¿Estamos dispuestos a seguirlo?