Martes 13 de agosto de 2024
TEXTOS
Libro de Ezequiel 2,8-3,4
Así dice el Señor: "Tú, hijo de Adán, oye lo que te digo: ¡No seas rebelde, como la casa rebelde! Abre la boca y come lo que te doy." Vi entonces una mano extendida hacia mí, con un documento enrollado. Lo desenrolló ante mí: estaba escrito en el anverso y en el reverso; tenía escritas elegías, lamentos y ayes. Y me dijo: "Hijo de Adán, come lo que tienes ahí, cómete este volumen y vete a hablar a la casa de Israel." Abrí la boca y me dio a comer el volumen, diciéndome: "Hijo de Adán, alimenta tu vientre y sacia tus entrañas con este volumen que te doy." Lo comí, y me supo en la boca dulce como la miel. Y me dijo: "Hijo de Adán, anda, vete a la casa de Israel y diles mis palabras."
Salmo 118
"¡Qué dulce, Señor, es al paladar tu promesa!"
Mi alegría es el camino de tus preceptos, más que todas las riquezas. R.
Tus preceptos son mi delicia, tus decretos son mis consejeros. R.
Más estimo yo los preceptos de tu boca que miles de monedas de oro y plata. R.
¡Qué dulce al paladar tu promesa: más que miel en la boca! R.
Tus preceptos son mi herencia perpetua, la alegría de mi corazón. R.
Abro la boca y respiro, ansiando tus mandamientos. R.
Evangelio según San Mateo 18,1-5.10.12-14
En aquel momento, se acercaron los discípulos de Jesús y le preguntaron: "¿Quien es el más importante en el reino de los cielos?" Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: "Os aseguro que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Por tanto, el que se haga pequeño como este niño, ése es el más grande en el reino de los cielos. El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí.
Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.
¿Qué os parece? Suponed que un hombre tiene cien ovejas: si una se le pierde, ¿no deja las noventa y nueve en el monte y va en busca de la perdida? Y si la encuentra, os aseguro que se alegra más por ella que por las noventa y nueve que no se habían extraviado. Lo mismo vuestro Padre del cielo: no quiere que se pierda ni uno de estos pequeños."
COMENTARIO
El auténtico profeta es siempre frágil, no un superhéroe. Dios así lo conoce y lo llama, pidiéndole docilidad y fidelidad a su Palabra.
Para que el camino de Jesús fructifique, necesitamos una "praxis comunitaria" que estimule ciertas condiciones que resguarden la eclesialidad y la comunión de nuestros instintos y tendencias egoístas.
Teniendo presente que la vida en comunidad es un don de Dios, que no todos entienden y al que no todos se sienten llamados, Mateo nos recuerda esas condiciones que, en especial los pastores, deben promover: la misericordia efectiva, como estilo propio en las relaciones; la acogida de los más pequeños y vulnerables; no escandalizar a los de conciencia frágil; la búsqueda, reinserción y el perdón -si es necesario-, de los alejados.
El evangelio volverá a ser creíble y atractivo, cuando recuperemos este "talante", renunciando a toda forma de egoísmo, despotismo y lucha de poder. Entonces seremos una iglesia "en salida".
¿Qué estamos haciendo para que esto sea una realidad creíble y no una utopía alienante?
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