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Liturgia y Espiritualidad: Textos Litúrgicos
Jueves 22 de agosto de 2024 - Santa María Reina

TEXTOS

Libro de Isaías 9,1-6
El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia como se goza en la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín. Porque el yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián. Porque todas las botas usadas en la refriega y las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego. Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da por nombre: «Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre, Príncipe de la paz.» Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto.
[O bien (de la Feria):
Libro de Ezequiel 36,23-28
Así habla el Señor: «Yo santificaré mi gran Nombre, profanado entre las naciones, profanado por ustedes. Y las naciones sabrán que yo soy el Señor -oráculo del Señor- cuando manifieste mi santidad a la vista de ellas, por medio de ustedes. Yo los tomaré de entre las naciones, los reuniré de entre todos los países y los llevaré a su propio suelo. Los rociaré con agua pura, y ustedes quedarán purificados. Los purificaré de todas sus impurezas y de todos sus ídolos. Les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo: les arrancaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Infundiré mi espíritu en ustedes y haré que sigan mis preceptos, y que observen y practiquen mis leyes. Ustedes habitarán en la tierra que yo he dado a sus padres. Ustedes serán mi Pueblo y yo seré su Dios.»]

Salmo 112
"Bendito sea el nombre del Señor para siempre."

Alaben, servidores del Señor, alaben el nombre del Señor Bendito sea el nombre del Señor, desde ahora y para siempre. R.
Desde la salida del sol hasta su ocaso, sea alabado el nombre del Señor. El Señor está sobre todas las naciones, su gloria se eleva sobre el cielo. R.
¿Quién es como el Señor, nuestro Dios, que tiene su morada en las alturas, y se inclina para contemplar el cielo y la tierra? R.
El levanta del polvo al desvalido, alza al pobre de su miseria, para hacerlo sentar entre los nobles, entre los nobles de su pueblo. R.
[O bien (de la Feria):
Salmo 50
"Los rociaré con agua pura, y ustedes quedarán purificados."

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu generoso me sostenga: yo enseñaré tu camino a los impíos y los pecadores volverán a ti. R.
Los sacrificios no te satisfacen; si ofrezco un holocausto, no lo aceptas: mi sacrificio es un espíritu contrito, tú no desprecias el corazón contrito y humillado. R.]

Evangelio según San Lucas 1,26-38
El Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: «¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo.» Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Angel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin.» María dijo al Angel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?» El Angel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios.» María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho.» Y el Angel se alejó.
[O bien (de la Feria):
Evangelio según San Mateo 22,1-14
En aquel tiempo volvió a hablar Jesús en parábolas a los sumos sacerdotes y a los senadores del pueblo, diciendo: "El Reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados encargándoles que les dijeran: 'Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas y todo está a punto. Venid a la boda'. Los convidados no hicieron caso, uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios, los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: 'La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis convidadlos a la boda'. Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: 'Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?' El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: 'Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos'".]


COMENTARIO

Al celebrar la Fiesta de la Anunciación, San Lucas nos regala un hermoso relato catequético. Un diálogo que revela el infinito respeto de Dios con el ser humano y en la figura de María, la doncella desposada con José, la imagen de una mujer que vive conscientemente su fe.

Y es así como nos olvidamos de este maravilloso milagro de vida que sucede tras la aceptación valiente y humilde de María. El Hijo de Dios se encarna como hijo de hombre para acompañarnos en este ínfimo lugar del universo. Aquel que todo tenía y todo podía, se hace hombre por amor a los hombres.

La celebración de este Misterio, y la meditación de este evangelio, nos ayuda a ir afrontando también, el difícil momento de la historia que hoy nos toca vivir. Porque en escenarios de tristeza y desesperanza, Dios nos dice, al igual que el ángel le dijo a María, "No temas".

Oremos hoy, especialmente, para que del fondo de nuestro corazón brote, ante todo lo que nos vaya ocurriendo en la vida, la misma respuesta de María. Oremos por lo mismo en comunidad o en familia, compartiendo aquellas veces que nos ha sido difícil aceptar a Dios y sus cambios de planes, o lo que rechazamos en estos momentos de nuestra historia personal o comunitaria y familiar.

Como comunidad o familia ¿protestamos ante los designios de Dios o los cambios en la vida cotidiana? ¿Tenemos la actitud de María, de dejar que lo que pasa, pase, o nos quejamos y protestamos, dándonos pena y reclamando la compasión de los demás?
[O bien (de la Feria):
La fidelidad al Señor es un don suyo. Vivir conforme a su voluntad, responde a una decisión de su parte. Así muestra Él su justicia, actuando en todos el querer y el poder. En Él todo es nuevo.

La salvación, entendida como la plenitud de la vida de Dios en nosotros, es también un don que viene de Él, que invita y se anticipa preparando todos los detalles. Este don no exime del compromiso de la libertad y de la opción personal, que se expresa en la capacidad de acogida o rechazo.

Como la gracia no trabaja de balde, el desprecio de unos es siempre la oportunidad manifiesta para que otros, con una actitud de mayor gratitud, generosidad y apertura, vean fructificar ese don en su vida. No obstante, ser invitados al banquete no es garantía de elección, pues para ello es necesario que ese llamado se traduzca en compromisos concretos. Este es el traje de bodas, que dice el evangelio, se pide a todos llevar ceñido.

¿Vivimos la vida cristiana como un don y como una tarea por realizar?]