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Liturgia y Espiritualidad: Textos Litúrgicos
Martes 27 de agosto de 2024

TEXTOS

Carta II de San Pablo a los Tesalonicenses 2,1-3a.14-17
Os rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras, como si afirmásemos que el día del Señor está encima. Que nadie en modo alguno os desoriente.
Dios os llamó por medio del Evangelio que predicamos, para que sea vuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así, pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta. Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente y una gran esperanza, os consuele internamente y os dé fuerzas para toda clase de palabras y de obras buenas.

Salmo 95
"Llega el Señor a regir la tierra."

Decid a los pueblos: "El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente." R.
Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos. R.
Aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad. R.

Evangelio según San Mateo 23,23-26
En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpio también por fuera."


COMENTARIO

Jesús continúa desnudando el alma de los fariseos y la nuestra.

Qué fácil convertir la experiencia religiosa en un cúmulo de ritos, costumbres, ceremonias, tradiciones y normas. Qué fácil resulta quitarle la esencia al mensaje humanizador del evangelio para convertirlo en una sarta de prohibiciones con sus consabidas sanciones.

Lo fundamental de la fe es la practica contante de la misericordia, la justicia y el derecho. Si nuestra fe, es decir, nuestra adhesión a la persona de Jesús, no nos lleva a una acción permanente de defensa de la dignidad del ser humano, particularmente del pobre y excluido, algo falta a nuestra fe. Estará mermada. Y esto no lo tolera el Maestro.

No es un secreto para nadie que nuestra sociedad contemporánea vive con tolerancia y aceptación resignada la corrupción a todos los niveles, la violencia de todo género, la exclusión, explotación y segregación de toda especie. Por eso el evangelio de Jesús se convierte en un imperativo urgente para el seguidor del Nazareno.

¿Cómo he asimilado los valores de la misericordia, la justicia y el derecho en mi vida cotidiana?