Viernes 6 de septiembre de 2024
TEXTOS
Carta I de San Pablo a los Corintios 4,1-5
Hermanos: Que la gente sólo vea en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador, lo que se busca es que sea fiel. Para mí, lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero tampoco por eso quedo absuelto: mi juez es el Señor. Así, pues, no juzguéis antes de tiempo: dejad que venga el Señor. Él iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá la alabanza de Dios.
Salmo 36
"El Señor es quien salva a los justos."
Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón. R.
Encomienda tu camino al Señor, confía en él, y él actuará: hará tu justicia como el amanecer, tu derecho como el mediodía. R.
Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás una casa; porque el Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles. R.
El Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro; el Señor los protege y los libra, los libra de los malvados y los salva porque se acogen a él. R.
Evangelio según San Lucas 5,33-39
En aquel tiempo dijeron a Jesús los fariseos y los letrados: "Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber". Jesús les contestó: "¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán". Y añadió esta comparación: "Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo, porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: Está bueno el añejo".
COMENTARIO
Cada cosa a su tiempo y en su lugar. Eso parece decir Jesús a sus adversarios. Mientras Jesús permanece con los suyos y ellos en profunda comunión con Él, no es necesario ayunos ni penitencias de ninguna clase.
Un signo eficaz de la presencia activa del reino en medio de las personas es la alegría del corazón. Solo cuando no se está en sintonía con el reinado de Dios, es decir, con su voluntad, hay que llenarse de tristeza y depresión. Pero cuando la gracia (el amor) de Dios impregna la vida del creyente la alegría desbordante impregna todas las fibras de la vida aún en medio de las dificultades.
La novedad del Reino siempre llena de gozo el corazón. Por eso el Reino de Dios es una verdadera fiesta, porque la presencia de Dios no puede ser luctuosa, apesadumbrada, deprimente. Llenarse de la vida de Dios es llenarse de luz, fortaleza y esperanza.
¿Has contagiado a otros de pasión por la vida, de gozo y esperanza aún en medio de las dificultades?
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