Lunes 23 de septiembre de 2024
TEXTOS
Libro de los Proverbios 3,27-34
Hijo mío, no niegues un favor a quien lo necesita, si está en tu mano hacérselo. Si tienes, no digas al prójimo: "Anda, vete; mañana te lo daré." No trames daños contra tu prójimo, mientras él vive confiado contigo; no pleitees con nadie sin motivo, si no te ha hecho daño; no envidies al violento, ni sigas su camino; porque el Señor aborrece al perverso, pero se confía a los hombres rectos; el Señor maldice la casa del malvado y bendice la morada del honrado; se burla de los burlones y concede su favor a los humildes; otorga honores a los sensatos y reserva baldón para los necios.
Salmo 14
"El justo habitará en tu monte santo, Señor."
El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor. R.
El que no presta dinero a usura ni acepta soborno contra el inocente. El que así obra nunca fallará. R.
Evangelio según San Lucas 8,16-18
En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: "Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. A ver si me escucháis bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener".
COMENTARIO
El evangelio tiene un gran atractivo por la dinámica del contagio. Lo que hemos visto y oído lo anunciamos. Es una experiencia digna de contar. Hay una necesidad biológica, metida en las entrañas, que obliga a contarlo. Es un acontecimiento novedoso que trae vida a los oprimidos. Imposible callar. Si la callamos es que la hemos escondido por miedo, por falta de convicción.
Para ser luz debemos acercarnos a la Luz. Para iluminar a los demás debemos dejarnos iluminar por quién dijo: Yo soy la Luz del mundo. Ser hijos de luz supone hacer del evangelio nuestra hoja de ruta.
La Iglesia tiene esa misión de alumbrar a los pueblos con la luz del evangelio. Pero ¿no hemos copiado muchas obras de las tinieblas de los poderes de este mundo? Es el momento de volver a ese proyecto original liberándonos de las tinieblas que han silenciado la profecía.
En nuestro mundo nos urge ser luces en esta hora neoliberal de destrucción de la madre tierra y de los pobres y abandonados.
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