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Liturgia y Espiritualidad: Textos Litúrgicos
Jueves 10 de octubre de 2024

TEXTOS

Carta de San Pablo a los Gálatas 3,1-5
¡Insensatos gálatas! ¿Quién os ha embrujado? ¡Y pensar que ante vuestros ojos presentamos la figura de Jesucristo en la cruz! Contestadme a una sola pregunta: ¿recibisteis el Espíritu por observar la ley, o por haber respondido a la fe? ¿Tan estúpidos sois? ¡Empezasteis por el espíritu para terminar con la carne! ¡Tantas magníficas experiencias en vano! Si es que han sido en vano. Vamos a ver: Cuando Dios os concede el Espíritu y obra prodigios entre vosotros, ¿por qué lo hace? ¿Porque observáis la ley, o porque respondéis a la fe?

Interleccional: Lucas 1,69-75
"Bendito sea el Señor porque ha visitado a su pueblo."

Nos ha suscitado una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas. R.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza. R.
Y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. R.

Evangelio según San Lucas 11,5-13
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si alguno de vosotros tiene un amigo y viene a medianoche para decirle: 'Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle', y, desde dentro, el otro le responde: 'No me molestes; la puerta está cerrada, mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos'. Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide, recibe; quien busca, halla, y al que llama, se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuanto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?"


COMENTARIO

Pedir, buscar, llamar a la puerta: son tres tareas de los buscadores del Reino. Todos somos peregrinos. Nuestra identidad es la de buscadores del sentido de la vida, hay que buscar, caminar, salir de nosotros mismos para viajar a lo más íntimo de nosotros mismos y encontrar allí el agua de la vida.

Somos seres pobres, necesitamos ayuda. Nos sentimos seres perdidos, necesitamos buscar el camino, el tesoro escondido del reino. Somos seres sin hogar, necesitamos llamar a las puertas para encontrar una casa que nos acoja. Somos como huérfanos sin un hogar estable. Este Dios del reino que revela Jesús, este Padre amoroso no se esconde, escucha la llamada, pero no abre si no llamamos. Está esperando nuestra iniciativa. Entonces abre la puerta y acoge al peregrino. No es como el amigo de la parábola que le cuesta abrir la puerta y solo la abre para que le dejemos en paz porque quiere dormir. Dios no duerme, está deseando que llamemos a su puerta. Si llamamos Él abre y nos invita a una cena donde delicadamente nos enamora.