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Liturgia y Espiritualidad: Textos Litúrgicos
Martes 3 de diciembre de 2024

TEXTOS

Libro de Isaías 11,1-10
En aquel día, saldrá una rama del tronco de Jesé y un retoño brotará de sus raíces. Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor -y lo inspirará el temor del Señor-. El no juzgará según las apariencias ni decidirá por lo que oiga decir: juzgará con justicia a los débiles y decidirá con rectitud para los pobres del país; herirá al violento con la vara de su boca y con el soplo de sus labios hará morir al malvado. La justicia ceñirá su cintura y la fidelidad ceñirá sus caderas. El lobo habitará con el cordero y el leopardo se recostará junto al cabrito; el ternero y el cachorro de león pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá; la vaca y la osa vivirán en companía, sus crías se recostarán juntas, y el león comerá paja lo mismo que el buey. El niño de pecho jugará sobre el agujero de la cobra, y en la cueva de la víbora, meterá la mano el niño apenas destetado. No se hará daño ni estragos en toda mi Montaña santa, porque el conocimiento del Señor llenará la tierra como las aguas cubren el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erigirá como emblema para los pueblos: las naciones la buscarán y la gloria será su morada.

Salmo 71
"Que en sus días florezca la justicia y la paz abunde eternamente."

Para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud. Que en sus días florezca la justicia y abunde la paz, mientras dure la luna; R.
que domine de un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los confines de la tierra. Porque él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado. R.
Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los indigentes. Que perdure su nombre para siempre y su linaje permanezca como el sol; R.
que él sea la bendición de todos los pueblos y todas las naciones lo proclamen feliz. R.

Evangelio según San Lucas 10,21-24
En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar". Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! ¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!".


COMENTARIO

Llama la atención cuando los niños se admiran de cosas que para los adultos son insignificantes. Ellos tienen la capacidad de admirarse de una flor, una puesta de sol, un riachuelo, una hormiga... Con el paso de los años nos vamos volviendo adultos y perdemos la capacidad de contemplar las maravillas de Dios manifiestas en pequeñas realidades.

Jesús se admira de la revelación del Padre a los pequeños e "ignorantes". Aquellos que no tienen poder, que no ostentan títulos, que no poseen viviendas, ni autos, ni aparatos lujosos y costosos. Ya lo dice Pablo, Dios se manifiesta en lo que este mundo tiene por basura.

Aprendamos, como Jesús, a contemplar y valorar lo sencillo, lo pequeño, lo humilde e insignificante; aquello que tiene poco o ningún valor para esta cultura de la opulencia y el derroche.

En este adviento, preguntémonos sinceramente por nuestra sensibilidad frente a lo pequeño que hay a nuestro alrededor. Ahí está lo esencial.

¿Cómo voy a celebrar esta navidad que me permita contemplar la pequeñez de un Dios misericordioso?