Miércoles 18 de diciembre de 2024
TEXTOS
Libro de Jeremías 23,5-8
Llegarán los días -oráculo del Señor- en que suscitaré para David un germen justo; él reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país. En sus días, Judá estará a salvo e Israel habitará seguro. Y se lo llamará con este nombre: "El Señor es nuestra justicia". Por eso, llegarán los días -oráculo del Señor- en que ya no se dirá: "Por la vida del Señor que hizo subir a los israelitas del país de Egipto", sino más bien: "por la vida del Señor que hizo subir a los descendientes de la casa de Israel, y los hizo llegar del país del Norte y de todos los países adonde los había expulsado, para que habiten en su propio suelo".
Salmo 71
"Que florezca la justicia y la paz abunde eternamente."
Para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con rectitud. Porque él librará al pobre que suplica y al humilde que está desamparado. R.
Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida de los indigentes. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, pues sólo él hace maravillas. R.
Sea bendito eternamente su Nombre glorioso y que su gloria llene toda la tierra. ¡Amén! ¡Amén! R.
Evangelio según San Mateo 1,18-24
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados". Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros". Al despertar, José hizo lo que el Angel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.
COMENTARIO
María Isabel es una chica de un barrio. Un día se dio cuenta que estaba embarazada. Le contó a su prometido pero este, luego de ultrajarla, la abandonó. Sus amigas le aconsejaban abortar, sus padres la confrontaron, aunque la madre la acogió en sus brazos con lágrimas. Julián, un joven sencillo, trabajador, que siempre había estado enamorado en secreto de María Isabel, le propuso matrimonio y acoger al hijo como suyo. María Isabel siempre vivió agradecida por ese gesto noble de Julián. Los tres formaron un hogar ejemplar.
José, prometido de María. Desposado con ella pero aún sin convivir juntos. La sorpresa del embarazo lo lleva a dudar de María pero el amor es más grande que la duda. Es un hombre justo, es decir, recto, ajustado a la voluntad de Dios. Por eso en su conciencia recibe la revelación del Señor: ese niño es fruto del amor de Dios por la humanidad. María es sagrario que acoge al mismísimo Hijo de Dios, al Mesías, al liberador del pueblo.
¿Cómo se reciben a los niños en tu familia, en tu comunidad?
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