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Liturgia y Espiritualidad: Textos Litúrgicos
Miércoles 15 de enero de 2025

TEXTOS

Carta a los Hebreos 2,14-18
Hermanos: Los hijos de una familia son todos de la misma carne y sangre, y de nuestra carne y sangre participó también Jesús; así, muriendo, aniquiló al que tenía el poder de la muerte, es decir, al diablo, y liberó a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida entera como esclavos. Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo. Como él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella.

Salmo 104
"El Señor se acuerda se su alianza eternamente."

Dad gracias al Señor, invocad su nombre, dad a conocer sus hazañas a los pueblos. Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas. R.
Gloriaos de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro. R.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. R.
Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac. R.

Evangelio según San Marcos 1,29-39
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles. Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados. La población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar. Simón y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron: "Todo el mundo te busca." Él les respondió: "Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he salido." Así recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.


COMENTARIO

Continúa la actividad de Jesús en Cafarnaún. Ahora está en casa de Simón Pedro enfrentando a la fiebre que azota a una pobre mujer anciana (suponemos). Jesús la reprende, toma de la mano a la mujer y la levanta y ella se pone a servir.

Probablemente, la fiebre impedía a esta mujer abrirse al servicio. La fiebre la encadenaba. Por eso, una vez liberada, se hace servidora de Jesús, es decir, del Reino. Jesús ejerce su servicio de liberador con todos aquellos dominados por las fuerzas del mal que les impide vivir una vida digna.

Finalmente, como en un acto de comunión con el Padre, se dirige a solas a orar. Queda claro que el actuar de Jesús es inspirado por el Padre. Es en Él donde encuentra la fuerza para luchar y derrotar todo aquello que oprime y deshumaniza al ser humano. También a nosotros nos corresponde entablar la batalle contra el mal.

¿Cómo lo estamos haciendo? ¿De donde sacamos las fuerzas para librar este combate?