Viernes 17 de enero de 2025
TEXTOS
Carta a los Hebreos 4,1-5.11
Hermanos: Temamos, no sea que, estando aún en vigor la promesa de entrar en su descanso, alguno de vosotros crea que ha perdido la oportunidad. También nosotros hemos recibido la buena noticia, igual que ellos; pero el mensaje que oyeron de nada les sirvió, porque no se adhirieron por la fe a los que lo habían escuchado. En efecto, entramos en el descanso los creyentes, de acuerdo con lo dicho: "He jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso", y eso que sus obras estaban terminadas desde la creación del mundo. Acerca del día séptimo se dijo: "Y descansó Dios el día séptimo de todo el trabajo que había hecho." En nuestro pasaje añade: "No entrarán en mi descanso." Empeñémonos, por tanto, en entrar en aquel descanso, para que nadie caiga, siguiendo aquel ejemplo de rebeldía.
Salmo 77
"No olviden las acciones de Dios."
Lo que oímos y aprendimos, lo que nuestros padres nos contaron, lo contaremos a la futura generación: las alabanzas del Señor, su poder. R.
Que surjan y lo cuenten a sus hijos, para que pongan en Dios su confianza y no olviden las acciones de Dios, sino que guarden sus mandamientos. R.
Para que no imiten a sus padres, generación rebelde y pertinaz; generación de corazón inconstante, de espíritu infiel a Dios. R.
Evangelio según San Marcos 2,1-12
Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les preponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados quedan perdonados." Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: "¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?" Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: "¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados..." Entonces le dijo al paralítico: "Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa." Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: "Nunca hemos visto una cosa igual."
COMENTARIO
No hay cosa más terrible que la parálisis... del corazón.
En ese episodio contrasta la fe del paralítico y sus acompañantes con la obstinación y cerrazón de los letrados. Los primeros confían contra toda posibilidad. Están dispuestos a romper todas las barreras. Uno se podría imaginar subiendo a un paralítico por el techo y descolgándolo. De verdad que hay que tener una fe inmensa en el Señor Jesús. Por eso la compasión del Maestro no se deja esperar.
Sanar equivale a perdonar. Jesús devuelve la posibilidad de movilidad al paralítico, le devuelve su dignidad de ser humano y de hijo de Dios. Los otros, los críticos, no alcanzan a entender como la voluntad de Dios es salvar, liberar, dignificar al ser humano, a todo el ser humano y a todos los seres humanos.
Indudablemente la fe es confianza, convicción y compromiso.
¿Cómo vivimos nuestra experiencia de fe en medio de las dificultades de la vida?
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