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Liturgia y Espiritualidad: Textos Litúrgicos
Sábado 15 de febrero de 2025

TEXTOS

Libro del Génesis 3,9-24
El Señor llamó al hombre: "¿Dónde estás?" Él contestó: "Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí." El Señor le replicó: "¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?" Adán respondió: "La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí." El Señor dijo a la mujer: "¿Qué es lo que has hecho?" Ella respondió: "La serpiente me engañó, y comí." El Señor Dios dijo a la serpiente: "Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón." A la mujer le dijo: "Mucho te haré sufrir en tu preñez, parirás hijos con dolor, tendrás ansia de tu marido, y él te dominará." Al hombre le dijo: "Porque le hiciste caso a tu mujer y comiste del árbol del que te prohibí comer, maldito el suelo por tu culpa: comerás de él con fatiga mientras vivas; brotará para ti cardos y espinas, y comerás hierba del campo. Con sudor de tu frente comerás el pan, hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella te sacaron; pues eres polvo y al polvo volverás." El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven. El Señor Dios hizo pellizas para el hombre y su mujer, y se las vistió. Y el Señor Dios dijo: "Mirad, el hombre es ya como uno de nosotros en el conocimiento del bien y el mal. No vaya a echarle mano al árbol de la vida, coja de él, coma y viva para siempre." Y el Señor Dios lo expulsó del jardín de Edén, para que labrase el suelo de donde lo habían sacado. Echó al hombre, y a oriente del jardín de Edén colocó a los querubines y la espada llameante que se agitaba, para cerrar el camino del árbol de la vida.

Salmo 89
"Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación."

Antes que naciesen los montes, o fuera engendrado el orbe de la tierra, desde siempre y por siempre tú eres Dios. R.
Tú reduces el hombre a polvo, diciendo: "Retornad, hijos de Adán." Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó, una vela nocturna. R.
Los siembras año por año, como hierba que se renueva: que florece y se renueva por la mañana, y por la tarde la siegan y se seca. R.
Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos. R.

Evangelio según San Marcos 8,1-10
Uno de aquellos días, como había mucha gente y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima de esta gente; llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer, y, si los despido a sus casas en ayunas, se van a desmayar por el camino. Además, algunos han venido desde lejos." Le replicaron sus discípulos: "¿Y de dónde se puede sacar pan, aquí, en despoblado, para que se queden satisfechos?" Él les preguntó: "¿Cuántos panes tenéis?" Ellos contestaron: "Siete." Mandó que la gente se sentara en el suelo, tomó los siete panes, pronunció la acción de gracias, los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Ellos los sirvieron a la gente. Tenían también unos cuantos peces; Jesús los bendijo, y mandó que los sirvieran también. La gente comió hasta quedar satisfecha, y de los trozos que sobraron llenaron siete canastas; eran unos cuatro mil. Jesús los despidió, luego se embarcó con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.


COMENTARIO

El hambre es uno de los flagelos que azotan al mundo. Según la FAO hay 750 millones de personas en el mundo que padecen hambre, es decir, 12.9% de la población mundial en contraste con los ocho personajes más ricos del mundo que han acumulado un capital que equivale a la mitad de los bienes de la población mundial. ¡Qué desproporción!

Jesús siente compasión por las gentes que tienen hambre. Invita a compartir los bienes para que todos tengan una vida digna, equitativa. Jesús proporciona no solo pan material, también el pan del amor, de la paz, de la gracia, en fin, un pan abundante y delicioso capaz de saciar todas las hambres de la humanidad.

Construir un mundo nuevo, alternativo, equitativo, justo y fraterno es la gran enseñanza que nos comunica Jesús en este día. Es oportuno hacer una buena revisión de vida y un análisis crítico de nuestra realidad para identificar las desigualdades flagrantes de nuestra sociedad y plantear alternativas posibles.

¿Te arriesgas a asumir este desafío?