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Liturgia y Espiritualidad: Textos Litúrgicos
Martes 18 de marzo de 2025

TEXTOS

Libro de Isaías 1,10.16-20
¡Escuchen la palabra del Señor, jefes de Sodoma! ¡Presten atención a la instrucción de nuestro Dios, pueblo de Gomorra! ¡Lávense, purifíquense, aparten de mi vista la maldad de sus acciones! ¡Cesen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien! ¡Busquen el derecho, socorran al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan a la viuda! Vengan, y discutamos -dice el Señor-. Aunque sus pecados sean como la escarlata, se volverán blancos como la nieve; aunque sean rojos como la púrpura, serán como la lana. Si están dispuestos a escuchar, comerán los bienes del país; pero si rehúsan hacerlo y se rebelan, serán devorados por la espada, porque ha hablado la boca del Señor.

Salmo 49
"El que sigue el buen camino, gustará la salvación de Dios."

No te acuso por tus sacrificios: ¡tus holocaustos están siempre en mi presencia! Pero Yo no necesito los novillos de tu casa ni los cabritos de tus corrales. R.
¿Cómo te atreves a pregonar mis mandamientos y a mencionar mi alianza con tu boca, tú, que aborreces toda enseñanza y te despreocupas de mis palabras? R.
Haces esto, ¿y Yo me voy a callar? ¿Piensas acaso que soy como tú? Te acusaré y te argüiré cara a cara. El que ofrece sacrificios de alabanza, me honra de verdad; R.

Evangelio según San Mateo 23,1-12
Jesús dijo a la multitud y a sus discípulos: «Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés; ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas ni siquiera con el dedo. Todo lo hacen para que los vean: agrandan las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser saludados en las plazas y oírse llamar "mi maestro" por la gente. En cuanto a ustedes, no se hagan llamar "maestro", porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen "padre", porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco "doctores", porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. El mayor entre ustedes será el que lo sirve, porque el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado.»


COMENTARIO

Seguimos avanzando hacia la Semana Santa con nuestro camino de conversión cuaresmal. En el día de hoy tenemos un texto tomado del Evangelio según San Mateo que nos muestra una fuerte polémica entre la comunidad cristiana y la sinagoga judía: "En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos. Ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos digan, pero no los imiten, porque dicen y no hacen". (Mt 28,1-2).

El evangelista identifica como un solo grupo a los escribas y fariseos, pero en realidad no todos los escribas eran del grupo de los fariseos. Por otro lado, como lo que aquí se presenta es una polémica, solamente se hace hincapié en las actitudes negativas de estos grupos judíos y no en sus virtudes que también eran muchas.

Jesús recuerda una realidad, que en la cátedra de Moisés están los escribas y fariseos, por lo tanto, a ellos corresponde interpretar la Ley de Moisés, pero el Maestro insiste a sus discípulos en que los escuchen y hagan los que ellos dicen, pero que no hagan lo que hacen, ya que caerían en el peligro de ser como ellos. Jesús los acusa de inconsecuencia o de hipocresía, ya que ellos cargaban sobre el pueblo pesados yugos que ellos mismos buscaban la forma de escabullir; y, además, el Señor los acusa de aparentar ante los demás que son fieles devotos con las filacterias (estuches con trozos de la Biblia en la frente o en la mano izquierda, ver Ex 13,9.16; Dt 6,8; 11,18) y alargando los flecos de sus mantos (para indicar que son estrictos observantes y ser así alabados por los demás, ver Nm 15,38). Para el Señor lo importante no es vivir de las apariencias sino de la profunda conversión del corazón.

Advertencia buena la de Jesús. En la vida hay que saber escuchar, decidir en conciencia sabiamente. Esto en la misma línea de no dejarse confundir. Porque naturalmente es mucho más sencillo, hablar que hacer.

Tantas veces podemos tener claras las ideas y lo que deberíamos hacer, pero "del dicho al hecho, hay mucho trecho". El Señor nos invita justamente a que estemos atentos y sepamos discernir aquello que es bueno para nosotros, su amor y su justicia.

También hay una advertencia para nosotros, en el sentido de que podemos caer como esos letrados y fariseos de predicar bien, pero hacer muy poco de lo que decimos.

¿Busco que la gente me aplauda y me agradezca por las cosas buenas que hago? ¿Vivo mi fe desde lo más profundo de mi corazón o sólo para aparentar? ¿Practico lo que predico? ¿Cómo es mi testimonio de cristiano hoy?