Home Contáctenos Instagram Facebook








Liturgia y Espiritualidad: Textos Litúrgicos
Miércoles 19 de marzo de 2025 - San José

TEXTOS

Libro II de Samuel 7,4-5a.12-14a.16
En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor: "Ve y dile a mi siervo David: 'Esto dice el Señor: Cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Él construirá una casa para mi nombre, y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre.'"

Salmo 88
"Su linaje será perpetuo."

Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dije: "Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu fidelidad." R.
Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: "Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades." R.
Él me invocará: "Tú eres mi padre, / mi Dios, mi Roca salvadora." Le mantendré eternamente mi favor, y mi alianza con él será estable. R.

Carta de San Pablo a los Romanos 4,13.16-18.22
Hermanos: No fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia la promesa de heredar el mundo. Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia; así, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Así, dice la Escritura: "Te hago padre de muchos pueblos." Al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe, Abrahán creyó. Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: "Así será tu descendencia." Por lo cual le valió la justificación.

Evangelio según San Lucas 2,41-51a
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: "Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados." Él les contestó: "¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?" Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad.


COMENTARIO

Hoy la Iglesia nos propone la fiesta de San José el esposo de María y padre de Jesús.

Hemos de leer a José en la línea del Evangelio, no según los modelos tradicionales de esposo y de padre, que han respondido más a los referentes culturales occidentales, que a la lógica novedosa que plantea el Evangelio. Esos referentes han sido la heteronormatividad, la paterlinealidad y el androcentrismo.

El evangelio hoy, leído desde la perspectiva de Jesús es muy provocador. Jesús se distancia de las tradiciones de Israel y rompe con el esquema de familia patriarcal propia de aquella sociedad. En el reproche de María a Jesús está el reproche del Israel que se siente fiel, que no quiere que Jesús entre en una lógica transgresora. A la propia familia de Jesús, a su padre y a su madre, les cuesta entender que Jesús se separa de una tradición a la que ellos pertenecen, pero de la cual él quiere distanciarse: al llamar a Dios Padre, Jesús se distancia de la tradición patriarcal judía y establece una nueva manera de hacer familia, sociedad, comunidad.