Sábado 19 de julio de 2025
TEXTOS
Libro del Éxodo 12,37-42
En aquellos días, los israelitas marcharon de Ramsés hacia Sucot: eran seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños; y les seguía una multitud inmensa, con ovejas y vacas y enorme cantidad de ganado. Cocieron la masa que habían sacado de Egipto, haciendo hogazas de pan ázimo, pues no había fermentado, porque los egipcios los echaban y no los dejaban detenerse; y tampoco se llevaron provisiones. La estancia de los israelitas en Egipto duró cuatrocientos treinta años. Cumplidos los cuatrocientos treinta años, el mismo día, salieron de Egipto las legiones del Señor. Noche en que veló el Señor para sacarlos de Egipto: noche de vela para los israelitas por todas las generaciones.
Salmo 135
"Den gracias al Señor, porque es bueno."
Dad gracias al Señor porque es bueno. Porque es eterna su misericordia. R.
En nuestra humillación, se acordó de nosotros y nos libró de nuestros opresores. R.
Él hirió a Egipto en sus primogénitos y sacó a Israel de aquel país. R.
Con mano poderosa, con brazo extendido Él dividió en dos partes el mar Rojo, condujo por en medio a Israel y arrojó en el mar Rojo al Faraón. R.
Evangelio según San Mateo 12,14-21
En aquel tiempo, los fariseos planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de allí y muchos le siguieron. Él los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: "Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones."
COMENTARIO
Jesús es el Hijo-Siervo de Dios que anunció el profeta Isaías (42,1-4). Un Mesías muy diferente al que esperaba su pueblo, un Mesías sufriente, que en ocasiones nosotros mismos rechazamos y sin embargo con su actitud sencilla y humilde sigue siendo la esperanza de las naciones.
Al enterarse Jesús de las intenciones de los fariseos, quienes no aceptan su identidad, decide por "la graciosa huida" no por miedo o desánimo sino para continuar su misión donde sea posible.
Si aceptamos la propuesta de Jesús entendamos que también seremos motivo de burla, maltrato e incomprensión, sin embargo, como discípulos-misioneros del Señor Resucitado, debemos continuar con su misión, que es la nuestra, sin desfallecer, tal vez, cuando se presenten circunstancias y personas agresivas, cambiando estrategias y siendo prudentes y astutos como ha enseñado el Maestro, pero no claudicar en la misión encomendada.
Todo esto necesita un punto de partida: nuestra aceptación incondicional a Jesús y su Reino.
¿Cómo respondemos ante las amenazas que surgen de vivir el Evangelio en nuestra vida cotidiana?
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