Home Contáctenos Instagram Facebook








Liturgia y Espiritualidad: Textos Litúrgicos
Lunes 22 de septiembre de 2025

TEXTOS

Libro de Esdras 1,1-6
El año primero de Ciro, rey de Persia, el Señor, para cumplir lo que había anunciado por boca de Jeremías, movió a Ciro, rey de Persia, a proclamar de palabra y por escrito en todo su reino: "Ciro, rey de Persia, decreta: 'El Señor, Dios del cielo, me ha entregado todos los reinos de la tierra y me ha encargado construirle un templo en Jerusalén de Judá. Los que entre vosotros pertenezcan a ese pueblo, que su Dios los acompañe, y suban a Jerusalén de Judá para reconstruir el templo del Señor, Dios de Israel, el Dios que habita en Jerusalén. Y a todos los supervivientes, dondequiera que residan, la gente del lugar proporcionará plata, oro, hacienda y ganado, además de las ofrendas voluntarias para el templo del Dios de Jerusalén.'" Entonces, todos los que se sintieron movidos por Dios, cabezas de familia de Judá y Benjamín, sacerdotes y levitas, se pusieron en marcha y subieron a reedificar el templo de Jerusalén. Sus vecinos les proporcionaron de todo: plata, oro, hacienda, ganado y otros muchos regalos de las ofrendas voluntarias.

Salmo 125
"El Señor ha estado grande con nosotros."

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares. R.
Hasta los gentiles decían: "El Señor ha estado grande con ellos." El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres. R.
Que el Señor cambie nuestra suerte, como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares. R.
Al ir, iba llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas. R.

Evangelio según San Lucas 8,16-18
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. A ver si me escucháis bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener."


COMENTARIO

Este evangelio es una prolongación de la parábola de la semilla (Lc 8,9-15). La predicación de la Palabra debe irradiarse a los demás.

Además, Jesús insiste a sus discípulos a que tengan en cuenta las ideas preconcebidas presentes en ellos, cuando escuchaban su enseñanza. Es decir, una concepción del Mesías con las categorías de triunfo imperantes en la sociedad hará difícil entender la enseñanza de Jesús sobre el sufrimiento y la persecución. De ese modo, el que escucha la Buena Nueva se convierte en una luz escondida.

Como creyentes corremos el riesgo que nuestra escucha de la Palabra no nos haga discípulos del Señor sino alcancías que solo reciben. Por el contrario, el discípulo del Señor escucha la Palabra no para esconderla sino para ser luz transformadora que genera una conversión radical, propia de quien asume por completo la causa de Jesús

¿Comparto la luz de la Palabra con los que están a mi alrededor? ¿Tengo ideas preconcebidas que me impiden responder auténticamente como discípulo del Señor?