Miércoles 12 de noviembre de 2025
TEXTOS
Libro de la Sabiduría 6,1-11
Escuchad, reyes, y entended; aprendedlo, gobernantes del orbe hasta sus confines; prestad atención, los que domináis los pueblos y alardeáis de multitud de súbditos; el poder os viene del Señor, y el mando, del Altísimo: él indagará vuestras obras y explorará vuestras intenciones; siendo ministros de su reino, no gobernasteis rectamente, ni guardasteis la ley, ni procedisteis según la voluntad de Dios. Repentino y estremecedor vendrá sobre vosotros, porque a los encumbrados se les juzga implacablemente. A los más humildes se les compadece y perdona, pero los fuertes sufrirán una fuerte pena; el Dueño de todos no se arredra, no le impone la grandeza: él creó al pobre y al rico y se preocupa por igual de todos, pero a los poderosos les aguarda un control riguroso. Os lo digo a vosotros, soberanos, a ver si aprendéis a ser sabios y no pecáis; los que observan santamente su santa voluntad serán declarados santos; los que se la aprendan encontrarán quien los defienda. Ansiad, pues, mis palabras; anheladlas, y recibiréis instrucción.
Salmo 81
"Levántate, oh Dios, y juzga la tierra."
"Proteged al desvalido y al huérfano, haced justicia al humilde y al necesitado, defended al pobre y al indigente, sacándolos de las manos del culpable." R.
Yo declaro: "Aunque seáis dioses, e hijos del Altísimo todos, moriréis como cualquier hombre, caeréis, príncipes, como uno de tantos." R.
Evangelio según San Lucas 17,11-19
Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: "Jesús, maestro, ten compasión de nosotros." Al verlos, les dijo: "Id a presentaros a los sacerdotes." Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: "¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?" Y le dijo: "Levántate, vete; tu fe te ha salvado."
COMENTARIO
Hace algunos años me sucedió un episodio, llegando a la ciudad luego de un viaje relativamente largo, el automóvil se descompuso y quedé varado ya entrada la noche. Realmente de mecánica automotriz tengo pocos conocimientos por no decir ninguno. Cuando estaba en ese impase un auto se estaciona cerca, se baja un hombre de rostro huraño, que en un santiamén identificó la falla y, por supuesto, compuso el auto. Yo no sabía cómo agradecerle la ayuda tan valiosa y oportuna, pero el hombre desapareció de la misma manera como llegó. Son las lecciones de la vida.
Sentí una necesidad de agradecer a Dios por la ayuda oportuna de aquella persona y de estrechar agradecido la mano del hombre. Dar gracias, más que un sentimiento, es un valor profundo, vital del ser humano. Lamentablemente la sociedad mercantil y consumista que nos toca vivir ha ido deteriorando valores como la gratitud, la gratuidad y generosidad. Tendemos a actuar por interés, no por generosidad.
¿Cultivas el valor de la gratitud y la generosidad en tu ambiente?
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